1668
Versalles, estancia de fiestas y placeres.
El Palacio de Luís XIII y su parquecito, compuesto en 1643 de 312 hectáreas, son uno de los terrenos de caza preferidos de Luís XIV. El joven rey buscaba un nuevo lugar de residencia y echó el ojo a Versalles, manifestando un interés cada vez mayor por él.
El Palacio era, en aquella época, el lugar de festejos y diversiones suntuosas de la corte. De esta forma, Luís XIV ordenó realizar obras de embellecimiento al arquitecto Luís Le Vau.
El Palacio terminado se encontraba sobre una terraza rodeado de fosos secos.
Las fachadas se caracterizan por la presencia de mesas de piedra ornadas con consolas que sustentaban bustos de emperadores romanos, y los elementos de hierro forjado de los balcones estaban pintados y dorados. Las pendientes de los tejados de pizarra están adornados con plomos dorados. Los apartamentos interiores se remodelaron y reacondicionaron. El patio queda cerrado mediante una galería de arcos que tiene un balcón; este último se prolonga alrededor de toda la planta para admirar los parterres de los jardines.
El pequeño pabellón cuadrado es la gruta de Tetis, una gruta artificial con complejos juegos hidráulicos que albergaban el grupo escultórico "Apolo servido por las ninfas" y que se destruyó cuando se construyó el ala Norte.
El lienzo muestra una vista panorámica del palacio de Versalles y los jardines hacia 1667-1668. El artista plasmó aquí, con gran precisión, los distintos edificios del Palacio al final de las primeras obras de embellecimiento que Luís XIV encargó al arquitecto Louis Le Vau, que ya había modernizado la arquitectura de ladrillo y piedra del pequeño pabellón de caza de Luís XIII, terminado en 1634. En aquella época, el rey realizaba estancias ocasionales en Versalles, con motivo de las cacerías y festejos. El pintor acentuó el eje de los jardines, que se convertiría posteriormente en la "Gran Perspectiva", mediante la invención de colinas escarpadas en los laterales.
En primer plano, descubrimos la nueva plaza de Armas, y a la izquierda el antiguo pueblo de Versalles. El cortejo real, precedido por la escolta a caballo, realiza su entrada en el antepatio adoquinado, flanqueado por las dos alas de los Comunes de 1662 que, a la izquierda daban cabida a las despensas y las cocinas, y a la derecha a los establos y el cobertizo para los carruajes.
El Palacio está construido en una terraza rodeada de fosos secos. Las fachadas del Palacio se caracterizan por la presencia de mesas de piedra ornadas con consolas que sustentaban bustos de emperadores romanos, y los elementos de hierro forjado de los balcones estaban pintados y dorados. Las pendientes de los tejados de pizarra están adornados con plomos dorados. El patio queda cerrado mediante una galería de arcos que tiene un balcón; este último se prolonga alrededor de toda la planta para admirar los parterres de los jardines.
A la derecha, los tres depósitos construidos en 1667 sirven para alimentar los estanques del jardín, y el pequeño pabellón cuadrado alberga la gruta de Tetis. Al fondo, el trazado del Gran Canal aún no presenta su aspecto actual, con sus dos brazos laterales. A la izquierda, vemos la Casa de las fieras, edificada en 1663.
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El plano del palacio de Versalles es contemporáneo de la vista pintada por Pierre Patel. Muestra la plaza de Armas, los distintos edificios y los primeros embellecimientos del Palacio realizados durante la campaña de obras que se encargaron al arquitecto Louis Le Vau. Estas obras consistieron en la construcción, en el antepatio, de las dos alas de los Comunes y los Establos en 1662. A la derecha, los depósitos alimentan los estanques del jardín y la gruta de Tetis. A lo lejos, el Gran Canal todavía no presenta su trazado definitivo, al igual que los parterres de los jardines y los estanques, que aún eran un modesto esbozo en miniatura de los futuros bosquetes del parque de Versalles, creados por André Le Nôtre.
En este retrato, Luís XIV, a los aproximadamente 22 ó 23 años, queda representado poco después del fallecimiento del cardenal de Mazarin en 1661, fecha en la que decidió gobernar personalmente. En efecto, el 10 de marzo de 1661, pocas horas después de la muerte del cardenal de Mazarin, el monarca reunió a su Consejo en el palacio de Vincennes. Toda la corte esperaba entonces el nombramiento de un nuevo primer ministro, pero el joven rey declaró: "Señores, les he convocado hoy, junto a mis ministros y secretarios de Estado, para decirles que hasta ahora, he dejado que el Sr. Cardenal gobernase mis asuntos; ha llegado el momento de que los gobierne personalmente. Me ayudarán con sus consejos cuando yo lo solicite".
Puesto que hasta esa fecha el rey sólo se había ocupado de sus placeres, los ministros, al igual que la corte, quedaron sorprendidos con dicha declaración. Hasta el final de su reinado, en 1715, Luís XIV dirigió solo la política interior y exterior de Francia.
El retrato de Charles Le Brun da testimonio de la hermosa prestancia del joven monarca. Tiene puesta una armadura de flores de lis, un gollete de puntilla blanca y la cinta azul de la Orden del Santo Espíritu.
Ambas reinas acompañaban al rey a Versalles durante las estancias de las corte, aún itinerante. Este doble retrato es el de dos reinas y princesas españolas. La madre de Luís XIV, la reina madre Ana de Austria queda representada aquí con los atributos de Minerva. Junto a ella, la esposa del rey, la reina María Teresa simboliza la Paz, y sujeta con la mano izquierda una rama de olivo. El contraste de los colores y las materias refuerza esta metáfora alegórica deseada por el artista que firma, con ésta, su obra de recepción en la Academia Real de Pintura y Escultura en 1664. El lienzo pertenecía al fondo de la Academia real de las Bellas Artes antes de incorporarse a las colecciones de Versalles.
La pintura representa el palacio de Versalles, en su fachada Sur, con el jardín del Rey situado más arriba de la primera orangerie, construida por el arquitecto Louis Le Vau. El estanque, en segundo plano, se convertiría en el lago de los Suizos y, más lejos, distinguimos la silueta de la iglesia de San Julián, destruida en 1682 para erigir el Gran Común.
Estos detalles arquitecturales permiten datar con precisión esta obra de 1664. La escena principal se centra en el rey a caballo, que parece estar dando órdenes, quizás para la ordenación de los terrenos situados en las cercanías, ya que sabemos que el monarca concedía una gran importancia al acondicionamiento de los alrededores del Palacio.
Van der Meulen ejecutó varias vistas de las casas reales, pero también pintó el palacio de Versalles desde otras perspectivas. La primera orangerie sería destruida y sustituida por la actual, construida por Jules Hardouin-Mansart de 1683 a 1686.
Durante su infancia, Luís XIV ocupó las distintas residencias reales de la Corona reacondicionadas por Luís XIII. Luís XIV nació en 1638 en Saint-Germain-en-Laye, donde pasó la mayor parte de su infancia, entre el viejo castillo medieval y el castillo nuevo, construido al borde de la terraza por su abuelo Enrique IV. El emplazamiento de Saint-Germain gozaba de una situación privilegiada, se encontraba más alto y retirado respecto al Sena, y disponía de hermosos jardines con grutas y juegos de agua que inspiraron a Luís XIV y sus jardineros en Versalles.
Las estancias más frecuentes del rey se desarrollaban en el Louvre, la Tullerías, Vincennes y Fontainebleau, adonde la corte tenía la costumbre de desplazarse en otoño, temporada de caza, y a veces incluso a Chambord, a orillas del Loira.
Tras la muerte del cardinal de Mazarin en 1661, el joven monarca buscó un nuevo lugar de residencia y se fijó en Versalles, situado cerca de París. El pequeño pabellón de caza de Luís XIII se transformó y se acondicionó para convertirse en un lugar de festejos y placeres.
Van der Meulen representó, aquí, el carácter aún campestre de Versalles, que se convertiría en la residencia real favorita de la corte, aún itinerante.
Las grandes fiestas de Versalles en 1664.
Versalles toma el relevo de París y sirve de nuevo lugar de celebración para las fiestas y placeres del rey. El lugar, aunque inhóspito, consiguió los favores de Luís XIV, quien decidió confiar al arquitecto Louis Le Vau la obra del Palacio, y a André Le Nôtre la de los jardines.
Versalles fue el teatro de las fiestas de los "Placeres de la Isla Encantada" del 7 al 9 de mayo de 1664, bajo la dirección del decorador y tramoyista Carlo Vigarani. Ante más de 600 invitados, la administración de los Menus-Plaisirs trabajó con tesón para crear decorados arquitectónicos para el carrusel, el banquete, la comedia-ballet, el ballet y unos suntuosos fuegos artificiales organizados con el tema de "Orlando furioso", extraído de un episodio del poema épico de Ariosto. El rey debía dejar boquiabiertos a sus cortesanos, y especialmente a su joven amante, Mademoiselle de La Vallière.
Actualmente, conservamos el recuerdo de estos festejos gracias a las nueve planchas grabadas por Israël Silvestre (1621-1691). Reconocemos fácilmente al rey en el centro, visto de espaldas con un sombrero, rodeado por los miembros cercanos de la familia real.
En este retrato, Jean Nocret supo plasmar la belleza fresca de la joven en un momento en el que contaba con todos los favores del rey. Amante del joven Luís XIV, Mademoiselle de La Vallière, sólo tenía diecisiete años cuando se le dedicaron las fiestas de los "Placeres de la Isla Encantada" del 7 al 9 de mayo de 1664. Cinco años más tarde sería suplantada por Madame de Montespan, pero nunca abandonó la corte y permaneció en el círculo cercano al rey.
Los pliegues esculturales rotos del drapeado, la paleta de colores y el tratamiento de la carnación constituyen elementos determinantes comunes a los retratos de Jean Nocret, pintor de Monsieur, hermano del rey.
El "Gran divertimento real" de 1668
Luís XIV firma, en mayo de 1668, el tratado de Aix-la-Chapelle (o Tratado de Aquisgrán), que significó la paz entre Francia y España y puso fin a la guerra de Devolución. Francia recibió una parte de los Países Bajos con algunas ciudades importantes como Lille, Douai, Dunkerque y Tournai.
En Versalles, durante el verano de 1668, se organizó otra fiesta grandiosa para celebrar el acontecimiento. Durante la jornada del 18 de julio, y ante un público de más de mil personas, el rey, maestro de ceremonias, consagró oficiosamente el "Gran divertimento real" a Madame de Montespan. Los festejos se celebraron en el Pequeño Parque por la tarde y se prolongaron hasta bien entrada la noche. Como en un paseo, los invitados, guiados por el rey, fueron de sorpresa en sorpresa a través de los nuevos paseos del parque. Descubrimos colaciones, el George Dandin de Molière con música de Lully, un baile organizado en una sala vegetal construida por Le Vau y, por último, una iluminación nocturna del Palacio pone fin a la velada. Esta fiesta marcó a sus contemporáneos, que la describen como la más original y la más barroca, como atestigua la serie de planchas grabadas por Jean Le Pautre.
El origen de las grutas con juegos de agua se remonta al Renacimiento. Con la construcción de un depósito elevado en 1664, se ideó este tipo de divertimento bajo las bóvedas del edificio. El palacio de Saint-Germain-en-Laye también poseía una gruta con un juego hidráulico y la corte se había divertido a menudo en él. En la gruta de Versalles, Charles Perrault se inspiró en las Metamorfosis de Ovidio para imaginar la representación de Apolo que, tras haber realizado su alocada carrera por el cielo, llegaba a descansar a la morada de la ninfa Tetis.
El grabador Le Pautre plasmó una imagen fiel de la fachada y el espacio interior. El monumento se caracteriza por la presencia de tres puertas cimbradas y cerradas con rejas doradas, obra de Mathurin Breton, que retoman el dibujo de los rayos del sol. Los imponentes pilares ofrecen paneles pétreos decorativos. En las mochetas de la fachada, los cuatro tondi delicadamente esculpidos con amores a lomos de delfines son obra de Gérald van Obstal, al igual que los tres bajorrelieves de ático que ocultan el depósito. Aquí, Apolo en su carro rodeado de tritones y nereidas.
En el interior, la gruta presenta un rico pavimentado de mármol y sus bóvedas se componen de tres naves cubiertas de piedra ornadas con conchas, realizadas por Delaunay, especialista en rocailles, en 1665. Los nichos realzaban estéticamente el grupo central de Apolo servido por las ninfas de Tetis esculpido por François Girardon y Thomas Regnaudin en 1675. Otros dos grupos enmarcaban a Apolo : Los caballos del Sol, Éoo, Aetón, Pirois y Flegonte curados por tritones esculpidos por los hermanos Marsy y Guérin.
Para la construcción del ala Norte en 1684, Hardouin-Mansart destruyó la gruta, cuyo emplazamiento correspondía al actual vestíbulo bajo de la Capilla real. Los grupos escultóricos de mármol se enviaron entonces al parque de Versalles.
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Plano de Versalles hacia 1680, grabado de Silvestre
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Luís XIV hacia 1662, por Le Brun
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Ana de Austria y María Teresa, reina de Francia, Renard de Saint-André
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Vista de Versalles desde Satory, por Van der Meulen
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El cortejo real llegando a Versalles, por Van der Meulen
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Fiesta “Los placeres de la Isla Encantada” celebrada por Luís XIV en Versalles en 1664
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Mademoiselle de La Vallière, par Nocret
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Fiesta “El gran divertimento real” celebrada por Luís XIV en Versalles en 1668
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Fiesta “El gran divertimento real” celebrada por Luís XIV en Versalles en 1668
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Fachada de la gruta de Tetis
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Vista interior de la gruta de Tetis